Pese a la
fría noche invernal, ayer (19 julio) a las 21 en la catedral de Buenos Aires no cabía una
persona más. Es que a esa hora se congregaron allí los más de 400 jóvenes que
una hora después partirían a Río de Janeiro para participar en la Jornada
Mundial de la Juventud (JMJ). Junto a ellos se hallaban sus familiares y amigos
que fueron a despedirlos. En el interior del templo reinaba la alegría de los
cánticos y de las palmas y la ansiedad por la inminente partida. Previamente
habían dejado sus mochilas, bolsos, banderas, guitarras y bombos en los buches
de los siete ómnibus que, en caravana, los transportarían hasta Río de Janeiro
en un largo viaje de cerca de 40 horas.
Partieron
desde la puerta de la catedral metropolitana más de 400 jóvenes porteños para
participar de la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en la ciudad
de Río de Janeiro durante los días 23 al 28 de julio. Siete ómnibus de gran
porte, estacionados frente a la catedral y la curia metropolitana, recibían en
sus buches cientos de mochilas, bolsos, instrumentos musicales, banderas y
cajas con comida y bebidas. El largo viaje que estaban a punto de emprender les
llevaría casi 40 horas y había que tener todo previsto. Pero también la
caravana de ómnibus llevará a Río una carga muy apreciada por los peregrinos:
tres imágenes de la Virgen de Luján, réplicas auténticas de la patrona de la
Argentina que se halla en el santuario nacional de Luján. El padre Mario
Miceli, responsable de la pastoral juvenil y delegado arquidiocesano a la JMJ
de Río fue el encargado de conseguirlas y le comentó al cronista de AICA: “Las
tres imágenes serán bendecidas por el papa Francisco, una quedará entronizada
en la catedral de Río de Janeiro, otra será dejada en la favela que visitará el
papa y la tercera volverá a Buenos Aires para ser llevada en misión por las
parroquias y comunidades de la capital porteña”. Y agregó: “En realidad había
una cuarta imagen, idéntica a estas tres, que le fue llevada al papa Francisco
y que ya la tiene ubicada en sus aposentos de la casa Santa Marta en el
Vaticano”. Con todo cargado en los ómnibus, la juvenil multitud ingresó en la
catedral que al instante se colmó y con cantos festivos se prepararon para
participar de la Misa de envío que comenzó a las 21.30 presidida por el
arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Arturo Poli y concelebrada por el
obispo auxiliar, monseñor Eduardo García, y una veintena de sacerdotes.
Media hora
antes de la celebración eucarística, y con el arzobispo haciendo punta, los
sacerdotes se ubicaron en los confesionarios para impartir el Sacramento de la
Reconciliación a quienes se acercaban con el propósito de estar bien preparados
espiritualmente para tan largo viaje y para participar en las jornadas de Río. En
la homilía, monseñor Poli tuvo cálidas palabras de aliento para los peregrinos:
“Ustedes vivirán el día del amigo en tránsito. Cuídense y trátense como hermanos.
Que tengan un feliz encuentro con el papa Francisco. Pero sobre todo, dispongan
su corazón para su encuentro con el Señor. El propio Jesús les pide ‘Vengan a
mí que los recibiré en mi corazón misericordioso’. El prelado porteño terminó
su alocución con palabras esperanzadoras para el día después de la JMJ: “Sé que
el encuentro con el papa y con miles de jóvenes del mundo será maravilloso, es
por eso que esperamos que, terminada la Jornada Mundial, vuelvan a sus lugares
de origen fortalecidos y alegres para irradiar a toda la comunidad la gracia
recibida durante esos inolvidables días”. Al terminar la celebración
eucarística, y tras recibir la bendición episcopal, se rezó, cantó y vivó a la
Virgen María, mientras un grupo de jóvenes transportaban la imagen de la Virgen
de Luján que fue ubicada en el ómnibus cabecera de la caravana hacia el Brasil.
Con el
sonar de las bocinas de los ómnibus -que lucían engalanados con posters del
papa Francisco, banderas argentinas y parroquiales y ahora también con la
Virgen peregrina- de los autos de los familiares y amigos y de las sirenas de
los patrulleros de la Policía Metropolitana que los custodiaban, un nuevo
contingente de jóvenes argentinos -de los tantos que partieron de todo el país-
viajaba hacia la Jornada Mundial de Jóvenes para reunirse con el papa
argentino, en unos días que prometen ser históricos y de los que se esperan
buenos frutos.
Nuestras hermanas de Buenos Aires estan en este grupo!! las acomapañamos con la oración. Buen Viaje!!!
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